Autor: © Jesús Alejandro Godoy
Deambulando en la exactitud de mis ensoñaciones mas dispersas y desequilibradas, fue que encontré estas letras vagabundas que hoy te escribo; porque ellas siempre roban algo de mí mientras se susurran los secretos con las que fueron creadas y que jamás me serán revelados, porque son el recelo de los dioses que cantan a la luna y la hacen suspirar, o le hablan al cielo y lo embellecen con tardías nubes de crepúsculo.
Tal vez –y digo simplemente tal vez- fue que creando simples palabras para ti, encontré algo dormido en mí que jamás quiso despertar, porque es mi lengua atada al dictamen de los sueños, -que por las noches, cuando mi cuerpo laxo se entrega a lo eterno y mi mente vaga con Dios- la que me miente una efímera caricia de tu sombra y habla de tus sonrisas que guardan un misterio alentador que me invita a partir y desaparecerme en la exactitud de mis ensoñaciones más dispersas; donde siempre te encuentro, y vuelvo a esperanzarme de que en un sitio del silencio existe un camino hacia ti, que solamente será recorrido por mí…
Tal vez –y digo simplemente tal vez- fue que creando simples palabras para ti, encontré algo dormido en mí que jamás quiso despertar, porque es mi lengua atada al dictamen de los sueños, -que por las noches, cuando mi cuerpo laxo se entrega a lo eterno y mi mente vaga con Dios- la que me miente una efímera caricia de tu sombra y habla de tus sonrisas que guardan un misterio alentador que me invita a partir y desaparecerme en la exactitud de mis ensoñaciones más dispersas; donde siempre te encuentro, y vuelvo a esperanzarme de que en un sitio del silencio existe un camino hacia ti, que solamente será recorrido por mí…